Diez reglas para afrontar los ataques de pánico
- María Pereira Moreno
- 18 dic 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 1 ene 2021
Cuando comienza un ataque de pánico o crisis de ansiedad, los síntomas que sentimos en nuestro cuerpo son tan intensos que pensamos que nos sucede algo malo o incluso que podemos llegar a morir. Hoy quiero compartir con vosotros 10 reglas para afrontar los ataques de pánico.
Cuando hablamos de un ataque de pánico o crisis de ansiedad nos referimos a un periodo de miedo intenso, aprensión, terror o malestar que va acompañado de una sensación de peligro o catástrofe inminente y de un impulso a escapar. Es decir, ante una situación que nosotros percibimos como peligrosa o amenazante nuestro cuerpo tiene una reacción de alarma para ayudarnos a sobrevivir.
Durante el ataque de pánico, cuando creemos que estamos ante un peligro inminente y grave, pueden aparecer los siguientes síntomas, y en 10 minutos o menos volverse muy intensos:
- Palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado
- Sudoración o sofocos
- Temblores
- Sensaciones de falta de aire o ahogo
- Sensación de atragantamiento o nudo en la garganta
- Dolor o malestar en el pecho
- Dolor de cabeza
- Náusea o malestar abdominal
- Sensación de mareo, de inestabilidad o de desmayo
- Desrealización o despersonalización
- Miedo a perder el control o a volverse loco
- Miedo a morir
- Parestesias (entumecimiento o sensaciones de hormigueo)
- Ráfagas de calor o escalofríos
Todos estos síntomas son reacciones normales e inocuas de nuestro cuerpo ante un posible peligro. Es importante que recordemos que estas sensaciones, aunque molestas, no pueden hacernos daño. Si esperamos un tiempo desaparecerán. Sin embargo, si cuando aparecen las interpretamos de una manera amenazante y catastrofista se activará nuestro sistema de alarma y empezará el ataque de pánico. Por ello es muy importante recordar estas reglas:
10 REGLAS PARA AFRONTAR EL PÁNICO
1. Recuerde que las sensaciones no son más que una exageración de las reacciones corporales normales al estrés.
2. No son, en absoluto, perjudiciales ni peligrosas; solamente desagradables. No sucederá nada peor.
3. Deje de aumentar el pánico con pensamientos atemorizadores y catastróficos sobre lo que está sucediendo y a dónde podría conducir.
4. Observe lo que está sucediendo realmente en su cuerpo justamente ahora, no lo que usted tema que pudiera pasar.
5. Espere y deje tiempo al miedo para que se pase. No luche en contra ni huya de él. Simplemente acéptelo.
6. Observe que cuando usted deja de aumentarlo al añadir pensamientos atemorizadores, el miedo comienza a desaparecer por sí mismo.
7. Recuerde que el objetivo principal de la práctica es aprender cómo afrontar el miedo, sin evitarlo. Por tanto, esta es una oportunidad de progresar.
8. Piense en el avance que ha conseguido hasta ahora, a pesar de todas las dificultades. Piense en lo satisfecho que estará cuando lo consiga esta vez.
9. Cuando comience a sentirse mejor, mire a su alrededor y empiece a planear qué va a hacer a continuación.
10. Cuando esté preparado para continuar, comience de forma tranquila, relajada. No hay necesidad de esfuerzo ni prisas.
Estas son unas reglas básicas, si los ataques de pánico o ansiedad se dan con frecuencia lo recomendable sería que acudierais a un especialista.
En la terapia psicológica se trabajan en más profundidad todos aquellos pensamientos catastrofistas y poco realistas sobre las situaciones o síntomas temidos, de modo que cortásemos el círculo vicioso:

Si quieres informarte sobre la terapia o tienes cualquier duda puedes ponerte en contacto conmigo a través de esta página web o en el teléfono 673211764.
Os dejo un resumen para que podáis descargároslo y tenerlo más a mano.
Espero que os haya servido este post. ¡Nos vemos en el siguiente!
Fuente: Mathews, A. M., Gelder, M. G. y Jonhston, D. W. (1985). Agorafobia: naturaleza y tratamiento. Barcelona: Fontanella.
Comentarios