Asertividad
- María Pereira Moreno
- 26 ene 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 5 jul 2022
“Lo más importante que aprendí a hacer después de los 40, es a decir NO cuando es NO”. Gabriel García Márquez.
A menudo nos encontramos ante situaciones en las que no sabemos expresar lo que queremos. Puede ser que nos quedemos bloqueados, nos de ansiedad, terminemos diciendo a la otra persona lo que quiere oír, o por el contrario actuamos de manera agresiva.
Esto nos ha pasado a todos.
Cuando nos pasa esto es normal que nos sintamos poco valorados y respetados, es por eso que para que una interacción nos resulte satisfactoria tenemos que actuar de manera asertiva.
TIPOS DE RESPUESTAS: Agresividad- asertividad- pasividad

Sumisión o pasividad
Cuando hablamos de sumisión nos referimos a aquellas conductas en las que anteponemos los intereses, opiniones, emociones de otros a los propios. Al actuar frecuentemente así pueden aparecer consecuencias emocionales, personales o en nuestra salud, como la ansiedad o los ataques de pánico, baja autoestima, etc.
Este estilo de comportamiento es frecuente en aquellas personas que hayan tenido desde pequeños normas muy rígidas y padres autoritarios que les hayan reforzado mucho la idea de que es bueno ser sumiso.
A las personas que tienden a este tipo de respuestas les suele costar poner límites, decir que no... piensan que las otras personas tienen más derecho que ellas mismas, que son más válidas, mejores, etc. Por evitar conflictos o que les puedan rechazar evitan decir lo que piensan y anteponen las necesidades de los demás a las suyas.

Agresividad
Cuando tratamos de imponer intereses, opiniones, emociones propias sin respetar las de los demás nos estamos comportando de manera agresiva.
Las personas que actúan de manera agresiva son capaces de decir que no, pero invadiendo a la persona que tienen delante, con un tono de voz alto, faltas de respeto, insultos, critica excesiva, es decir, de mala manera. Esto genera problemas en las relaciones con los otros, ya que a nadie le interesa tener a una persona que nos va a tratar mal a nuestro lado.
Tras estas conductas suele haber una baja autoestima y la idea de que para que los demás me respeten y no me invadan debo ser así, debo mostrarme fuerte y autoritario.
Hay veces que este tipo de respuesta se genera después de haber estado un periodo largo de tiempo siendo muy sumiso o pasivo en las interacciones.
Asertividad
La asertividad es la capacidad para defender tus derechos sin invadir los derechos de los demás.
Actuando de un modo asertivo conseguimos poner límites, decir que no, no quedarnos callados, etc., pero respetando los derechos de los demás.
La asertividad está muy unida a la autoestima, una buena autoestima hace que nos resulte más sencillo tener conductas asertivas, y cuantas más conductas asertivas tengo, más me respeto y mejoro mi autoestima.
El fin de ser asertivo no es conseguir tus objetivos, nosotros no podemos obligar a la gente a que actúe como nos gustaría que actuase, pero lo que sí podemos hacer es aumentar nuestra satisfacción personal de esas interacciones al margen de los resultados. Al ser una herramienta respetuosa con quién la utiliza y quienes le rodean mejora la calidad de las relaciones personales, aunque la asertividad no elimina los malentendidos ni es infalible.
DERECHOS ASERTIVOS
Cuando empezamos a trabajar la asertividad una de la primeras cosas que debemos aprender es que todos tenemos una serie de derechos (derechos asertivos) que debemos proteger y defender. Hay veces que, por nuestra historia personal, nuestros aprendizajes, vivencias… creemos que no nos merecemos estos derechos.
Es por esto que os animo a que leáis la siguiente lista detalladamente y reflexionéis qué derechos creéis que os cuesta más defender y cuales ya los tenéis interiorizados, ya que como decía Jakubowski “Si sacrificamos nuestros derechos con frecuencia estamos acostumbrando al otro a aprovecharse de nosotros”
El principal derecho asertivo es: tú tienes derecho a ser el propio juez de tus actos.
1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad
2. Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones
3. Derecho a ser escuchado y tomado en serio
4. Derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis decisiones
5. Derecho a decir NO sin sentir culpa
6. Derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta que el otro tiene derecho a decir NO
7. El derecho a cambiar
8. El derecho a cometer errores
9. El derecho a pedir información y ser informado
10. El derecho a obtener aquello por lo que pagué
11. El derecho a decidir no ser asertivo
12. El derecho a ser independiente
13. El derecho a qué hacer con mi tiempo, cuerpo y propiedades sin que se violen derechos de los otros
14. El derecho a tener éxito
15. El derecho a gozar y disfrutar
16. El derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo
17. El derecho a superarme, aun superando a los demás
Para lograr cambiar nuestro tipo de respuesta a uno más asertivo existen varias técnicas que nos pueden ayudar. Como todas las herramientas que se proporcionan en terapia, tienen que adaptarse a ti, para que te resulte más fácil llevarlas a cabo cuando te enfrentes tú solo (sin tu terapeuta) a la situación.
Estas técnicas se pueden utilizar en varios contextos:
- Para hacer y aceptar cumplidos/ autocumplidos
- Para hacer y rechazar peticiones
- Para hacer y recibir críticas
Si quieres informarte sobre la terapia o tienes cualquier duda puedes ponerte en contacto conmigo a través de esta página web o en el teléfono 673211764.
Espero que os haya servido este post. ¡Nos vemos en el siguiente!
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