top of page

No estás perdiendo la memoria: es ansiedad, y tiene solución


La ansiedad es una experiencia humana común, pero cuando se vuelve intensa o persistente, puede empezar a afectar diversas funciones cognitivas esenciales para nuestro día a día. Entre ellas, la memoria y la concentración. Estas funciones son las más vulnerables y de las más afectadas por la ansiedad.


Para entender cómo ocurre esto, primero debemos comprender qué es la memoria y cómo funciona.



¿Qué es la memoria?



La memoria es la capacidad del cerebro para codificar, almacenar y recuperar información. Nos permite recordar lo que hicimos ayer, aprender una nueva habilidad o reconocer a alguien por la calle. Sin memoria, no podríamos aprender, adaptarnos ni desarrollarnos como personas.


Existen varios tipos de memoria, entre los que destacan:


  • Memoria sensorial: Es la más breve y capta la información que percibimos por los sentidos durante unos pocos segundos. Por ejemplo, la imagen de una calle al pasar caminando o el sonido de una campana.

  • Memoria a corto plazo (o memoria de trabajo): Retiene información durante unos segundos o minutos. Se utiliza, por ejemplo, para recordar un número de teléfono justo antes de marcarlo o seguir una conversación.

  • Memoria a largo plazo: Almacena información durante períodos prolongados (días, meses o años). Incluye conocimientos generales, recuerdos personales y habilidades aprendidas.


    La memoria nos ayuda a poder seguir una conversación

¿Qué pasa con la memoria cuando sentimos ansiedad?



La ansiedad activa nuestro sistema de alarma interno, conocido como respuesta de lucha o huida. Este sistema es muy útil en las situaciones de peligro real ya que prepara al cuerpo para reaccionar rápidamente. Elige la mejor opción para nuestra supervivencia.

El problema es que, en contextos cotidianos, este estado de alerta continua puede interferir negativamente en nuestro funcionamiento cognitivo, ya que el sistema de respuesta es un mecanismo que se tiene que activar y desactivar rápidamente una vez que haya pasado el peligro.


A continuación, veremos cómo nos afecta la ansiedad en las distintas tareas que están al cargo de esta.


1. Sobrecarga mental


Cuando estamos ansiosos, nuestra mente suele estar llena de pensamientos anticipatorios, preocupaciones o imágenes negativas. Esta sobrecarga cognitiva compite por los recursos que normalmente estarían destinados a prestar atención o retener información. Como resultado:


  • Nos cuesta más concentrarnos en lo que estamos haciendo

  • Olvidamos con facilidad tareas simples

  • Nos cuesta seguir una conversación o terminar una tarea sin distraernos


2. Interferencia en la codificación de recuerdos


La ansiedad también afecta la codificación de la memoria, es decir, la capacidad de registrar nueva información. Si no podemos prestar suficiente atención al momento presente, es muy difícil que lo que estamos viviendo se almacene adecuadamente en la memoria a largo plazo.


3. Recuperación de la información


Además de dificultar el almacenamiento, la ansiedad puede bloquear el acceso a recuerdos ya existentes. Muchas personas lo describen como “quedarse en blanco” en situaciones de presión, como un examen o una entrevista. Esto no significa que la información haya desaparecido, sino que el sistema de recuperación está temporalmente bloqueado.


Una ansiedad crónica puede hacer que nos quedemos en blanco en un examen
Una ansiedad crónica puede hacer que nos quedemos en blanco en un examen


¿Y qué pasa si la ansiedad se mantiene en el tiempo?



Cuando la ansiedad se vuelve crónica y no se gestiona adecuadamente, puede producir cambios más profundos en el funcionamiento cerebral. Algunos estudios neurocientíficos han demostrado que una exposición prolongada al estrés y la ansiedad puede afectar áreas clave implicadas en la memoria, como el hipocampo.


Cambios a largo plazo incluyen:


  • Reducción del volumen del hipocampo: Esta estructura cerebral es crucial para la consolidación de la memoria a largo plazo. La exposición continua al cortisol (la hormona del estrés) puede deteriorar sus neuronas, afectando la capacidad de formar y recuperar recuerdos.


  • Mayor dificultad para aprender cosas nuevas: Con el tiempo, puede volverse más complicado retener nueva información, lo que repercute directamente en el rendimiento académico o profesional.


  • Mayor riesgo de deterioro cognitivo: Aunque no es una causa directa de enfermedades neurodegenerativas, se ha observado que una ansiedad mal gestionada puede acelerar procesos de deterioro cognitivo o aumentar la vulnerabilidad en personas predispuestas.


  • Aumento de la “niebla mental”: Las personas con ansiedad crónica suelen describir una sensación constante de confusión o desconexión mental, lo que interfiere con la toma de decisiones y la claridad de pensamiento.



¿Qué podemos hacer al respecto?


ree

Aquí van algunas estrategias útiles:


  • Técnicas de regulación emocional: como la respiración consciente o la meditación, ayudan a reducir la activación fisiológica y mejorar el enfoque mental.


  • Organización externa: como tomar notas, usar listas o recordatorios, puede compensar la sobrecarga cognitiva.


  • Terapia psicológica: especialmente enfoques como la terapia cognitivo-conductual (TCC), puede ayudar a identificar pensamientos ansiosos y desarrollar herramientas para gestionarlos de forma más adaptativa.


  • Descanso y autocuidado: Dormir bien, alimentarse adecuadamente y mantener una rutina saludable también son claves para que el cerebro funcione correctamente.



Conclusión


La ansiedad, si no se atiende, no solo impacta nuestra memoria de forma puntual, sino que puede generar alteraciones persistentes en el funcionamiento de nuestro cerebro. Comprender esta relación nos permite abordar la ansiedad no solo como un malestar emocional, sino también como un factor que influye directamente en nuestra calidad de vida cognitiva. Pedir ayuda, aprender a gestionar nuestras emociones y priorizar nuestra salud mental es también una forma de cuidar nuestras capacidades intelectuales y nuestra autonomía en el futuro.


Si quieres informarte sobre la terapia o tienes cualquier duda puedes ponerte en contacto con nosotras a través de esta página web o en el teléfono 673211764.



Espero que os haya servido este post. ¡Nos vemos en el siguiente!


Artículo realizado por María Pereira


🤝 ¿Quieres hablar con alguien?


En nuestro centro de psicología en Madrid ofrecemos un espacio seguro, cálido y profesional para acompañarte en lo que necesites:


✅ Terapia individual para adultos y jóvenes✅ Enfoque cercano y sin juicios✅ Herramientas prácticas desde la primera sesión✅ Psicólogas colegiadas y con experiencia


📍Calle Jaime el Conquistador 27 , bajo interior. Madrid

📞 673211764


Comentarios


Publicar: Blog2_Post
bottom of page